Mis hijos usan sus teléfonos y tabletas todo el tiempo. ¿Es esto normal?
Muchos padres se preocupan por el tiempo que sus hijos pasan frente a las pantallas de los aparatos. Los niños pequeños utilizan sus teléfonos y tabletas para ver dibujos animados, jugar, aprender un idioma extranjero con aplicaciones y llamar a los abuelos por Skype y WhatsApp. Los niños más mayores se dedican a las redes sociales y ven diversos programas y vídeos en TikTok. También hay televisión, consolas de juegos y libros electrónicos.
Gran parte de la vida de adultos y niños está ligada a Internet y a la tecnología digital, y a veces es difícil saber cuánto tiempo puede pasar un niño frente a una pantalla. Qué es perjudicial para su salud y desarrollo y qué puede ser beneficioso.
Todos los niños pasan mucho tiempo frente a las pantallas. ¿Es peligroso?
El uso de teléfonos, tabletas, ordenadores y otros dispositivos no es peligroso en sí mismo. Pero pueden surgir problemas de salud si no se siguen ciertas reglas. La dependencia excesiva de los gadgets puede causar una serie de problemas, como retrasos en el desarrollo, obesidad, problemas de sueño, depresión o adicción.
Si los gadgets están constantemente presentes en la vida de un niño, éste no entiende cómo gestionar su tiempo sin estos dispositivos. Estos casos son frecuentes.
¿A qué edad debo dar a mi hijo un teléfono, una tableta y otros aparatos?
Como muy pronto, a partir de los 2 años. Si los padres lo consideran oportuno, a partir de esta edad se deben mostrar al niño fragmentos de programas educativos adecuados para niños muy pequeños.
Es importante que los programas sean de buena calidad. Deben verse junto con el niño. El juego regular y las actividades creativas, sin el uso de teléfonos o tabletas, deben seguir siendo la base de la comunicación. A veces, los niños pueden comunicarse con sus familiares y amigos a través de Skype y otros chats de vídeo.
Pero hay muchas aplicaciones educativas estupendas para los niños pequeños.
Sí, las hay. Pero es importante entender que incluso las mejores aplicaciones no deben sustituir a los padres, los abuelos o el juego con otros niños. A una edad temprana, es especialmente importante comunicarse mucho con el niño, explicarle las cosas y ayudarle a conocer el mundo que le rodea
Las investigaciones demuestran que las apps educativas ayudan a los niños a adquirir nuevos conocimientos, pero las personas vivas enseñan a los niños de forma más eficaz.
Las aplicaciones educativas son buenas si son de buena calidad y se utilizan como herramienta, no como sustituto de un profesor. Y debes asegurarte de que tu hijo no pase demasiado tiempo delante de una pantalla, pues de lo contrario muchas habilidades y cualidades importantes pueden verse afectadas. Por ejemplo, el autocontrol y la capacidad de comprender los pensamientos y emociones de otras personas.
No dé a los niños aplicaciones educativas con demasiados efectos: animaciones, sonidos, imágenes que se pueden pulsar y «deslizar». Los investigadores creen que puede ser difícil para un niño entender lo que ocurre en la pantalla.
¿Cuánto tiempo pueden pasar los niños frente a la pantalla?
Asegúrese de que los niños de entre dos y cinco años no pasen más de una hora al día frente a una pantalla. Pero eso no significa sólo dar a su hijo un teléfono o una tableta. Se trata de ver juntos programas infantiles de calidad. Mientras los ve, debe ayudar a su hijo a entender lo que ocurre en la pantalla, y tratar de conectar lo que sucede en el programa con el mundo real.
¿Hay que evitar los dibujos animados, los juegos o las aplicaciones? Sí, es importante vigilar lo que su hijo ve y juega. No se debe permitir que los niños vean vídeos o jueguen a juegos violentos, ya que todo ello puede ser perjudicial para la psique. Los investigadores también consideran perjudiciales los programas en los que las imágenes cambian demasiado rápido.
¿Cuánto tiempo debe pasar un niño frente a una pantalla después de los cinco años? No hay un límite de tiempo estricto. Los límites deben determinarse en la familia, en función de las circunstancias. Lo principal es mantener un equilibrio. El teléfono, la tableta, la videoconsola y el ordenador no deben interferir con la comunicación real con la familia y los amigos, el estudio, el sueño y las llamadas «aficiones activas». Es importante recordar que la adicción se produce mucho más rápido en los niños que en los adultos.
¿Por qué los niños no pueden dejar sus smartphones?
Puede haber muchas razones. A continuación, exponemos las más comunes:
– Habitualidad. Desde la infancia, para evitar que el bebé llore, sus manos estaban ocupadas con un gadget.
– Como los padres. Copiar el comportamiento de mamá y papá es una causa habitual del problema.
– Miedo o incapacidad para comunicarse. Y en Internet no hay miedo. Comunicarse allí es diferente, y más seguro. Eso es lo que les parece a los niños.
– No sé qué hacer. El tiempo debe ser estructurado. Si no hay nada que hacer, jugaré.
Los teléfonos móviles no sólo tienen desventajas
Los dispositivos móviles ofrecen muchas comodidades que facilitan la vida de jóvenes y adultos. Por eso, ya no se puede imaginar la vida cotidiana sin ellos. Además, abren posibilidades completamente nuevas. Por ejemplo, en la forma de expresarse creativamente o en la comunicación.
Por eso no es de extrañar que la mayoría de los escolares y adolescentes utilicen hoy sus smartphones para compartir información, principalmente con amigos y compañeros de clase, en chats individuales o de grupo. Los teléfonos móviles también se utilizan mucho para descargar y escuchar música. Y hay muchos programas educativos y dibujos animados para los más pequeños.
Los dispositivos móviles también tienen ventajas:
- Usos educativos: juegos educativos, lecciones y tutoriales. Muchas escuelas están promoviendo activamente la idea de aprender con las nuevas tecnologías. Este formato es interesante para los alumnos porque el material se presenta de forma dinámica y se vuelve emocionante en lugar de aburrido.
- Las investigaciones demuestran que los niños que utilizan los gadgets son más independientes, más propensos a ayudar a sus padres y tienen una relación más abierta y de confianza con ellos, en comparación con los niños cuyos padres prohíben el uso de dispositivos móviles. Por supuesto, estas características dependen en mayor medida de las relaciones intrafamiliares.
- Comunicación rápida. Si un alumno tiene un teléfono, puede avisar rápidamente a sus padres de las emergencias. Por ejemplo, si le han dejado salir de clase y necesita que le recojan antes. O si su hijo se pierde, el teléfono móvil puede ayudarle a encontrar a sus padres mucho más rápido.
- Algunos de los juegos a los que los niños juegan en su teléfono o tableta también son buenos para ellos. Desarrollan su tiempo de reacción y aumentan su concentración. Pero los padres deben prestar siempre atención al tema y al contenido del juego.
El niño depende del teléfono: ¿qué hacer?
Por supuesto, prohibir por completo los teléfonos móviles no funcionará, y no es necesario. Vale la pena trabajar en el hecho de que un adolescente a utilizarlo fielmente. Y prevenir el desarrollo de la adicción. Y si se nota un problema, tratar de solucionarlo.
Lo malo no es el aparato en sí, sino la adicción total a él o lo que sea. Ya sea incluso leer un libro en una juerga.
Lo importante no es prohibirlo, sino enseñarlo. El gadget debe estar al servicio del niño y no al revés.
Las normas deben ser
Los pediatras aconsejan a las familias que elaboren una serie de normas para el uso de Internet y los dispositivos electrónicos. Y tratar de cumplirlas. Debe haber reglas generales para la familia y un conjunto separado para cada niño, según la edad y otras características. Creadlas juntos.
- Calcula el tiempo que se permite a un niño utilizar un smartphone: ¿Cuánto tiempo? ¿Con qué dispositivos? ¿Qué hace el niño durante ese tiempo?
- Piensa por qué tú, como padre, necesitas limitar el uso de los gadgets. ¿Por qué necesita el niño esta restricción? Deje que el niño responda a esta pregunta por sí mismo, si puede. Lo que importa aquí es una respuesta real, tal y como es en el momento de empezar. Incluso si el niño piensa que no necesita imponer prohibiciones y restricciones en absoluto.
- ¿Tiene un grupo de apoyo? ¿Están sus familiares y amigos dispuestos a tener una política unida de trabajo y tratamiento del problema que ha surgido?
- Procura regular tú mismo el tiempo que pasas con un dispositivo electrónico. Los niños suelen imitar el comportamiento de sus padres. Si tú mismo «pasas el rato» con tu smartphone, tienes que empezar por ti mismo.
- Punto importante. Si no usas un aparato, tendrás tiempo libre. ¿Qué debería hacer con él? ¿Utilidad? ¿Placer? ¿No hacer nada?
Los pediatras recomiendan crear zonas libres de tecnología en la casa, por ejemplo en la cocina o el salón. Y es conveniente asegurarse de que los niños no vean nada, ni jueguen, ni se lleven los teléfonos o las tabletas a la cama una hora antes de acostarse (de lo contrario, puede ser difícil conciliar el sueño). A menudo se aconseja no permitir que los niños (¡y usted mismo!) utilicen teléfonos y tabletas durante las comidas. Es importante enseñar a los niños mayores las normas de uso de las redes sociales y hablar sobre la privacidad de la información, el ciberacoso y otros temas difíciles. Es importante vigilar los sitios que visitan los niños y las aplicaciones que instalan.
Puedes elaborar tu propio conjunto de normas que firmen todos los miembros de la familia. Hable de estas normas con regularidad. ¿Son adecuadas para todos los miembros de la familia? ¿Hay algún cambio desde que se introdujeron las normas?
También es útil calcular cuánto tiempo debe pasar cada niño frente a la pantalla, teniendo en cuenta el tiempo que pasa en la escuela, haciendo deporte, haciendo los deberes y otras actividades.
¿Cuáles son las reglas básicas para el uso de teléfonos y tabletas por parte de los niños?
En primer lugar, sigue siendo un padre cariñoso y trata de dar a tu hijo más tiempo. No pienses que todo lo que tiene que ver con Internet y los gadgets es malo.
Establezca plazos claros
Los niños necesitan reglas claras en torno a las rutinas para ayudarles a entender cuándo y en qué condiciones pueden jugar con los gadgets. Establece un calendario sobre el tiempo que tu hijo puede pasar con la tableta, el teléfono o el ordenador (según la edad y otras condiciones). Es mejor dividirlo en varias sesiones. El tiempo que se puede reducir debe dedicarse a jugar, hablar, leer o pasear juntos.
No utilizar los dibujos animados a la hora de comer como forma de acostar al niño o de calmarlo durante una rabieta
Ver vídeos, jugar y comer al mismo tiempo no es saludable. No nos sentimos saciados cuando vemos vídeos y podemos calentarnos en exceso. Este hábito puede conducir más tarde a trastornos alimentarios.
Ver dibujos animados antes de acostarse o dormirse con ellos también es muy perjudicial. Nuestro cerebro percibe la luz emitida por la tecnología como la luz del día y se niega a producir las hormonas del sueño. En pocas palabras, el cerebro se niega a dormir. Por eso, una hora antes de acostarse, hay que guardar todos los aparatos y permitir que el cerebro se calme.
Darle el teléfono a tu hijo para que se calme no es un buen hábito. Si abusas de este hábito, será más difícil que el niño aprenda a controlar sus emociones.
Recuerda que los gadgets no son sólo para divertirse
Piensa en el teléfono y otras tecnologías de este tipo como una herramienta de aprendizaje, no sólo de juego. Las apps pueden servir para entrenar la memoria, la atención, los idiomas o las tablas de multiplicar. En este caso, es importante recordar la dosificación del tiempo. Los gadgets no son un tabú. Hay que enseñar al niño a utilizarlos en su beneficio. Y hay que enseñarles las reglas que es importante seguir.
Habla de los peligros
En el mundo virtual, incluso los adultos suelen ser presa de los estafadores. La situación es más grave en el caso de los niños. Por eso, antes de darles acceso a las redes sociales u otros recursos en línea, es aconsejable repasar todos los posibles escenarios. Por supuesto, no es necesario intimidar. Pero asegúrese de explicarles que está prohibido comunicarse con desconocidos, enviarles sus propias fotos o vídeos y dar su dirección. Tampoco hay que hacer clic en enlaces desconocidos ni introducir datos de tarjetas de pago.
Da ejemplo a tus hijos para que utilicen los gadgets con moderación. De lo contrario, no funcionará. Los padres a los que les gusta utilizar ellos mismos el móvil y el ordenador difícilmente convencerán a sus hijos de que realicen otras actividades de ocio.
Hay que recordar que la confianza y la conversación amistosa en cualquier situación evitarán consecuencias negativas de todo tipo.